
Skikjøring i Trysil. Foto: Ola Matsson www.skistar.com/trysil
Con la llegada de las primeras nieves muchas personas subimos a la nieve a disfrutar del fin de semana o de las vacaciones invernales los más afortunados. Al igual que nos preparamos para afrontar las inclemencias del tiempo con ropa especializada o revisamos nuestros vehículos adaptándolos en caso necesario, nuestra visión también necesita de cuidados especiales debido a las bajas temperaturas y a las características ambientales propias de las zonas montañosas.
En la montaña es indispensable el uso de protección solar de párpados y gafas de sol ya que el clima, el viento y el sol en la altura producen cuadros graves de queratitis (lesión corneal por alteración de la superficie ocular, asociada al ojo seco). También es importante mantener bien hidratados los párpados y el contorno de los ojos para evitar pequeñas llagas que puedan aparecer por el frío o por congelación del sudor o las lágrimas en caso de frío extremo.
Si practicamos deportes de invierno es imprescindible llevar unas buenas gafas y que las lentes que utilicemos bloqueen entre el 99 y el 100% de los rayos UV. Al reflejarse luz solar en la nieve hace que la cantidad de rayos solares que llegan a los ojos se vea aumentada entre un 70 a 90% más que lo habitual y en la altura la absorción de los rayos que genera la atmósfera se ve reducida, por ejemplo, a 1.000 metros de altura recibimos un 10% más de rayos solares.
En la práctica de deportes de invierno, se está expuesto a caídas y golpes, por lo que las gafas deben ser de lentes plásticas de policarbonato de gran resistencia a los impactos y con formas panorámicas que aseguren una buena cobertura de los ojos.
Los armazones deben ser muy livianos y con un buen calce que asegure que no se muevan ni se nos caigan mientras nos movemos.
Si vais a subir a la montaña y tenéis alguna duda sobre la protección de vuestras gafas de sol estamos a vuestra disposición en cualquiera de nuestra ópticas.