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La hipermetropía es un error de refracción, como la miopía, el astigmatismo y la presbicia. Continuando con nuestros post sobre Salud visual, a continuación la definimos más ampliamente.
Los errores de refracción hacen que los rayos de luz que entran en los ojos se curven de manera incorrecta, para transmitir imágenes al cerebro.
Usando el símil de comparar un ojo con una cámara fotográfica, el ojo dispone de un objetivo, que es él mismo, de una lente especifica, que es el cristalino y la película es la retina.
Si el ojo es normal la imagen se recibe en la retina. En el caso del hipermétrope, bien por tener una córnea anormalmente plana o por tener un “ojo corto” que por deformidad se estrecha, ve una imagen más borrosa. La imagen se forma detrás de la retina, por lo que la imagen será defectuosa.
Los síntomas de la hipermetropía son dificultad de enfocar los objetos que se encuentran cerca, por ejemplo las letras impresas de un libro.
Si no existiera el mecanismo de acomodación en los ojos, el hipermétrope vería mal. Se denomina mecanismo de acomodación, al proceso mediante el cual se produce un aumento de la potencia refractiva del ojo, por una modificación de la forma del cristalino mediante una contracción del músculo ciliar, el aumento de potencia logrado, permite enfocar nítidamente objetos cercanos.
No obstante, esta acomodación implica un continuado esfuerzo muscular, lo que con el tiempo lleva a una fatiga visual, acompañada de tensión e incomodidad y en definitiva a un rechazo, a realizar labores que impliquen una visión de cerca.
La posibilidad de padecer hipermetropía aumenta con la edad; un gran número de personas de 65 años de edad o más, tiene en menor o mayor grado hipermetropía.