Continuando con nuestros post sobre Salud visual, a continuación definimos más ampliamente, el primero de los errores de refracción que es la miopía. Los errores de refracción son trastornos oculares comunes, en los que el ojo no puede enfocar correctamente las imágenes.
Usando el símil de comparar un ojo con una cámara fotográfica, el ojo dispone de un objetivo, que es él mismo, de una lente especifica, que es el cristalino y la película es la retina.
Si el ojo es normal la imagen se recibe en la retina. En el caso del miope, si por cualquier circunstancia, como por ejemplo por la estructura del ojo o por la presión, el ojo se ensancha longitudinalmente, se hace más largo. La imagen se forma entonces antes de llegar a la retina, por lo que la imagen será defectuosa.
Los síntomas de la miopía son una disminución de la agudeza visual de lejos.
Hay que diferenciar entre cuatro tipos de miopía:
Miopía simple es la que desde la edad escolar hasta el final de la adolescencia, va aumentando poco a poco. Normalmente, cuando se llega a la edad adulta, alrededor de los 20 ó 25 años, la visión se estabiliza y no aumenta más.
Miopía de índice suele ser consecuencia de una córnea muy convexa, o de una excesiva presión en un momento determinado, que ha llevado al ojo a aumentar su refracción.
Miopía patológica se supone que tiene carácter genético y hereditario. Se debe a que el defecto en las estructuras oculares va aumentando progresivamente y normalmente conlleva una fortísima corrección.
Miopía nocturna se da en condiciones de baja iluminación ambiental y puede afectar tanto a personas miopes como a no miopes.
Fueron ilustres miopes: Schopenhauer, Napoleón, Beethoven, Luis XVI, Schubert.