Basta mirar atrás, no hace falta remontarse muchos años, para ver la tremenda evolución que han sufrido las gafas graduadas así como sus homólogas, las gafas de sol. Nuestras actuales gafas no tienen nada que ver con las que llevaban nuestros abuelos, ni en el estilo (aunque las formas “retro” estén de moda) ni en materiales, pero ¿Cual es la historia de este accesorio tan importante?
Una de las primeras apariciones de la lentes data de la antigua Roma, se conservan registros en los que Nerón, emperador romano, contemplaba las peleas de gladiadores a través de una esmeralda, moldeada en forma de luna cóncava, debido a que sufría de miopía.
Posteriormente, en la Edad Media, se desarrollaron las llamadas “piedras de lectura”. Se cree que fueron inventadas por Abbás Ibn Firnás, un científico Andalusí del período Omeya que descubrió un método para tallar cristal; un arte hasta entonces solo conocido por los egipcios. Su descubrimiento permitió moldear y pulir cristal para crear el antecesor de las lupas y lentes correctivas.
En 1249 el fraile filósofo inglés Roger Bacon formuló la primera afirmación acerca del uso de lentes para mejorar la visión, su obra citaba claramente el hecho de que un segmento de cristal hace ver los objetos mayores y mas gruesos, y concluye en que esto “debería ser muy útil para personas ancianas y aquellas que tienen los ojos débiles, pues ellas pueden ver así las pequeñas letras con grandor suficiente”. Se cree que talló las primeros lentes con la forma de lenteja, si bien esta afirmación no está del todo clara se le considera el “padre” de las gafas graduadas.
A Alejandro della Spina, monje franciscano que vivió en 1312, también se le ha atribuido el invento de las gafas, en los archivos de Sta. Catalina de Pisa se dice que fue el primero que comunicó el secreto para fabricar lentes, él mismo las fabricaba para su uso y para el de sus allegados.
Es por ello que se cree que las gafas hicieron su aparición a fines del siglo XIII o comienzos del XIV en Venecia y que parecen proceder de los monjes de algún desconocido monasterio, que aprendieron el arte de la talla del vidrio de manuscritos árabes y perfeccionaron la técnica gracias a los artesanos del vidrio Venecianos.
En 1451, el erudito alemán Nicolás de Cusa propuso el empleo de lentes cóncavas, más delgadas en el centro que en los bordes, a fin de ver de lejos.
A principio del siglo XVIII aparecen las primeras gafas con varillas, estas son cortas y se sujetan a presión sobre los huesos temporales, a finales del siglo, las varillas de los anteojos se hacen más largas y se sujetan detrás de las orejas, junto con este avance comienza a desarrollarse el proceso de industrialización que acabara por sustituir al proceso artesanal de tallado del cristal.
En 1936, en la segunda Revolución Industrial, William Fleinbloom empleó plásticos sintéticos en combinación con el vidrio para fabricar lentes, dando el primer paso para la consecución de las lentes sintéticas tal y como hoy las conocemos.
Las primeras gafas bifocales fueron hechas hacia 1760 para Benjamin Franklin por indicación suya. Hasta entonces las gafas solo corregían la miopía y la hipermetropía.
Curiosidad: En el siglo XIV ya aparecen muchísimos documentos que dan fe del uso de los anteojos o gafas por personajes muy famosos en aquella época, como Petrarca. Y en la iglesia de san Nicolas de Trevisa, existe el primer cuadro en que aparece pintada una persona con gafas; es del año 1352 y representa al cardenal Ugone.
Uno de los primeros personajes de la historia en utilizar gafas de lentes para corregir la miopía fue el Papa Leo X.